Una vez leí en un maravilloso libro, que cada día que vivimos tiene un momento mágico, solo hay que saber descubrirlo y apreciarlo.
Aquello me gustó tanto, que cada día, incluso los más nublados, procuro ver y disfrutar ese mágico momento.
Hoy esa magia se vistió en forma de flor de pascua o, como siempre la he llamado, pascuero.
En el trabajo, estamos muy agobiados a final de año así que el 1 de diciembre, se incorporó una chica muy joven llamada Ana como refuerzo para el cierre anual.
El día que llegó, andaba yo con un catarro tremendo y cuando me dirigí a ella para darle la bienvenida, noté que estaba sin voz, estaba afónica.
Como soy así de natural le dije “vaya hija, el primer día y afónica, yo también estoy con un catarro que me ha cogido cariño”, ella me contestó “no estoy afónica, es que yo hablo así”.
Me miraron las personas que había cerca como si hubiera metido la pata. Me quedé pensando y luego pregunté. Al parecer tenía una traqueotomía. No le noté eso, porque tengo un tío operado de traquea y el sonido de su voz es diferente al de ella, mi tío habla con el estomago y esta chica no.
A los dos días por la tarde, estaba ayudándome con unos archivos y le dije “Ana, ¿Qué te ha pasado?”, a lo que añadí, “perdona que te haga esa pregunta pero para mi eres una persona absolutamente normal, igual que yo, solo que hablas de forma diferente”. Me contó que había tenido un accidente de tráfico en donde murieron todos, ella se salvó de milagro pero tuvieron que abrirle la traquea. Le hablé de mi tío y de su sonido diferente, y me explicó que a ella no le habían quitado las cuerdas vocales y que esa era la razón por la que no tenía que hablar con el estómago.
La estuve escuchando durante largo rato, mientras me explicaba el rechazo que había tenido en algunos trabajos por ese motivo pero que también había aprendido a aceptar su discapacidad y que la vida es algo maravilloso. Me contó que gracias a aquello había conocido a su pareja, un chico que está en una silla de ruedas.
Me emocioné al escucharla, y le dije ¿sabes Ana?, me haces muy feliz, me haces creer en la vida y en el salto de los obstáculos.
Le conté que tengo una hija con una leve deficiencia y que hablar con personas como ella abre las puertas de mi corazón y mi esperanza.
Hoy, al salir de mi despacho para desayunar, en las mesas de las chicas que están en la antesala, había macetas con pascueros, al ver tanto colorido dije ¡que bonitas! ¿de donde han salido?. Me comentaron que las habían traído de regalo, pero que ya no quedaban más.
Al terminar la jornada, cuando salía diciendo “hasta mañana”, Ana me dijo, espera…
Se acercó a su mesa y, ante la mirada de todas las demás, cogió el pascuero y me lo entregó… ¿y esto?, dije yo, te lo regalo…la cara se me iluminó como la de una niña en el día de los Reyes Magos. ¡Gracias Ana!………a lo que ella respondió, gracias a ti….
Fue un momento muy mágico………el momento mágico del día, vestido de verde y rojo, y con forma de flor.