miércoles, 13 de mayo de 2009

QUE TARDE LLEVO...


Que tarde llevo, hoy estoy llena de amor y no puedo concentrarme en la frialdad de los papeles que se posan en mi mesa de trabajo. No estoy triste, ni siquiera melancólica, estoy...inmensa, me siento volando y desafiando la ley de la gravedad de mi realidad.

Pienso en él, el de rostro desconocido, pero alma cercana. Sé que está en algún lugar, quizás lejano, quizás no, quién sabe…pero está y me acerco, lo acuno, lo beso a través de las melodías que suenan por mis auriculares, bellas canciones que hacen de medio de transporte y me alejan de lo que ahora debería estar haciendo.

No sé si es el sol que brilla en el cielo, la tarde primaveral o el fuerte deseo de atraer mis sueños invocando el lenguaje de la energía y la atracción. El amor atrae amor y con la serenidad y la alegría que siento ahora mismo expresada en forma de sonrisa mientras escribo, ha de ser amor del bueno…

No se trata de un príncipe, no creo en ellos a estas alturas. Es un ser, como yo, de carne y hueso, que ha sabido aprovechar el don de la sabiduría que dan las arrugas y el paso del tiempo, y se ha preparado conscientemente, o no, para encontrarse conmigo al igual que yo lo hago para encontrarme con él.

Tiene los brazos abiertos porque quiere recibir todo lo bueno que le aguarda la vida. A veces, es cabezota y testarudo, pero su generosidad puede más que su inmadurez momentánea y pasajera. No guarda rencores en su corazón porque hizo la prueba de amor más grande que puede hacerse uno a sí mismo… aprender a perdonar.

Sabe que cada ser es único y necesita no perder su propia identidad, porque de lo contrario acabaría acorralado y saldría lo peor que hay en su interior, pero conoce el secreto de la fórmula de la suma, que da como resultado la riqueza añadida de compartir.

Y además…le gusta dormir abrazado….

Suena el despertador a la realidad, me llaman para una reunión...y sigo sonriendo, pensaran que se me quedó cara de boba.

Penélope no ha dejado de tejer y destejer esperando a Ulises, pero ahora lo hace lejos de la desesperación y el desconsuelo, y más desde la convicción de nunca renunciar a sus sueños.

P.D. Tengo el blog y a mis amigos un poco abandonados pero...es que estoy en las nubes. Besos